lunes, 11 de julio de 2016

El Tiempo en una Botella 3

Este capítulo va dedicado a Violet.Cas, que vive en Chicago y conoce de primera mano varios lugares que ya he mencionado de esa ciudad.
Espero hacerle justicia con mi investigación, y de antemano, lamento los errores que pueda cometer ;)
Ojalá que les guste y como siempre, me den su opinión.
&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&
Capítulo 3
Love
Love is strange
Lot of people
Take it for a game
Once you get it
You never want to quit
After you've had it
You're in an awful fix
Love is Strange / Mickey & Sylvia
Bella POV
-Jameeees, tengo hambre…  - Me quejé tirando de su manga, sólo para ser más fastidiosa. Y es que no me podía aguantar… De dónde venía esta inagotable paciencia? Por qué no me quería comer si en el futuro arriesgó y perdió su vida para consumirme?
-No acabas de comer recién esa comida en lata? Cuántas veces al día tienes que alimentarte? – Preguntó retrocediendo para que no lo tocara más, hastiado de mis pequeñas pero constantes demandas.
-Al menos 3 pero prefiero 4 – Respondí – Sabes dónde está el supermercado?

-El qué? – Preguntó.
-La tienda de abarrotes más cercana – Expliqué. Al parecer la economía de escala aún no era tan masiva, o quizás era que a él no le interesaba saber dónde compraban su comida los humanos.
-Oh… Mmmmh… A cinco cuadras y media hay uno – Respondió.
-Venden verduras frescas? – Pregunté.
-Sí – Asintió.
-Carne?
Él asintió con cara de asco.
-Mmmmmh… Entonces tu vienes conmigo, lo sabes, verdad? – Pregunté.
-Yo? Yo por qué? Ese lugar apesta! Y qué tengo que ver con una tienda de comida humana si probablemente no me vas a dejar comerme a nadie? - Preguntó pasándose las manos por los costados de su cabeza, desordenando su corto cabello rubio peinado a lo “Danny Zuco” de la película “Grease”.
-Bueno, no tenemos un auto y no creo que un taxi me quiera llevar por menos de 6 cuadras, así es que necesito que alguien cargue mis bolsas… Oh! Y a propósito de bolsas, ya inventaron las bolsas plásticas o tengo que llevar las mías de tela? Los Cullen no deben tener, a lo mejor si llevo una maleta… - Comencé a divagar pensando en cómo cargar la mayor cantidad de comida en un solo viaje.
-Nunca he visto una bolsa de plástico – Dijo James mirándome como si estuviera loca – Por lo que sé el plástico es un material duro, tieso, se usa para  hacer cajas, no bolsas.
-Ah, ahí lo tienes, probablemente todavía no se inventan, y tampoco podemos ir a ver en Wikipedia cuándo se inventaron, porque la internet tampoco se ha inventado y aunque hubiera internet no tendríamos cómo conectarnos! - Me agarré el pelo dando vueltas por la sala. Era frustrante no contar con comodidades modernas que siempre había dado por sentadas. Al menos ya habían inventado el papel higiénico!
-Wikipedia? Internet? – Repitió James girando su cabeza y su cuerpo en su puesto en el sillón para no perderme de vista.
-Aaaaaaaaaaagh, eres un vampiro que no sabe absolutamente nadaaaaaaaaaaaaaaa! – Grité dramática, y me lancé en el sillón apoyando mi espalda en el respaldo del extremo opuesto al que se sentaba él y sin más le planté mis pies desnudos en su regazo.
James me miró otra vez como si estuviera chiflada, lo que se estaba haciendo una costumbre, y tal vez lo estaba, pero es que para mí la situación era tan surrealista que no podía menos que tentar a mi suerte pinchando al vampiro, para ver cuánto aguantaba antes de lanzarse a mi yugular.
-Qué estás haciendo? – Preguntó echándose para atrás espantado, sin tocar mis pies.
-Oye! – Reclamé pateándolo simbólicamente, (ya que si lo hubiera hecho de verdad me habría roto un par de dedos), ofendida por su cara de susto – Están limpios! – Y lo estaban, sólo había caminado descalza dentro de la casa por un rato, desde que decidí que no quería ablandar de una sola vez mis zapatos nuevos.
Y además el suelo estaba impecable!
-Y a mí qué? – Preguntó arriscando la nariz – Sácamelos de encima! – Dijo gesticulando.
-No – Dije simplemente. Si él no me quería tocar no me podía empujar - Mmmmmmh, te propongo algo – Ofrecí sacudiendo mis dedos.
-Qué? – Preguntó sin quitarles la vista de encima. Por un momento pensé que me arrancaría uno de un mordisco.
-Que te cuento lo que es Wikipedia a cambio de un masaje en los pies. Hoy caminé más que Kung Fu… - Negocié suspirando.
-Quién es Kung Fu? – Preguntó entrecerrando los ojos, interesado a pesar de sí mismo… Igual que en el futuro, la perdición de James sería su curiosidad, y la prueba de ello es que ausentemente estaba tomando uno de mis pies entre sus heladas manos. Oh! Qué alivio!
-Ay Señor, dame paciencia! – Clamé teatralmente, alzando las manos – Ok… Kung Fu era una serie de televisión que aún no existe, la daban en los años 70, y se trataba de un Monje Shaolín experto en artes marciales que escapa de China y vaga por el Viejo Oeste. El dicho “caminé más que Kung Fu” nace de que el pobre Kung Fu se pasó toda la serie caminando de pueblo en pueblo, así es que en mi caso quiere decir que caminé un montón, y ooooooh! Tú tienes las manos heladas más perfectas para hacer masajes – Cerré los ojos, casi ronroneando de alivio.
-No me dijiste qué es Wikipedia – Dijo después de unos segundos en los que pareció ponderar la información que le entregué.
-Sigue masajeando y yo sigo hablando – Dije sacudiendo otra vez los dedos del pie que no estaba tocando.
-Nunca había tocado a un humano sin la intención de comérmelo – Murmuró frunciendo el ceño.
-Ah, no te preocupes, ya te llegarán las ganas – Lo tranquilicé – Vas a tratar de matarme y yo te lo voy a permitir sin resistirme. Es nuestro destino, sólo te pido que esta vez no me hagas sufrir más de lo necesario, la vez anterior arruinaste mi verano con la rehabilitación que necesité para volver a aprender a caminar.
-Eso es lo que no entiendo – Dijo mirándome fijamente, y el carmesí de sus ojos brilló contra su pálida piel. El bastardo era guapo, no  se le podía negar… Mi Edward era hermoso, pero James era guapo, varonil, y obviamente más adulto… Qué habrá hecho Victoria para atraparlo? La teoría de la vagina vibradora se me vino a la mente…
Una vez en un capítulo de la serie Archer vi una espía rusa que resulta ser un ciborg, que tenía una vagina robot que tenía todo tipo de funciones de succión y vibración, y la usaba para seducir a los espías norteamericanos… Que risa Archer… Lástima que en 1950 no hubiera programación de animación para adultos en la tele, extrañaría mucho mis repeticiones de Family Guy, South Park, Daria y Futurama.
-Qué? – Pregunté cayendo en cuenta de que me estaba observando quizás por cuánto rato.
-Entiendo que volviste en el tiempo sin saber cómo ni con qué objeto – Dijo suavemente – Pero no entiendo por qué asumiste tan fácilmente que viniste a que yo te matara, no entiendo por qué estás resignada a que lo voy a hacer y no entiendo por qué no luchas contra ese destino… Por qué no te comportas como un ser humano normal con una pizca de sentido de supervivencia?
-Porque nada de esto es normal! – Exclamé – Además tú tampoco te estás comportando como un vampiro, mucho menos como el que conocí en el futuro…
Él frunció el ceño.
-Yo no sabía que viajaría en el tiempo y en el espacio – Dije más suavemente, enrollando un mechón de mi cabello entre mis dedos, estudiando las puntas – Pero sé que algo se torció en el futuro y a causa de eso mucha gente va a sufrir por mi culpa…
-Qué se torció? – Preguntó en un tono más gentil, cambiando para masajear el otro pie.
-Te conocí – Respondí simplemente y volví a cerrar los ojos.
oooOooo
Me quedé dormida durante mi masaje, y cuando desperté unas horas después estaba cubierta con un enorme cobertor que obviamente James había sacado de una de las camas, forrándome en un grueso capullo de tela.
-Jaaaaaames!- Grité después de tratar infructuosamente de moverme.
-Por fin despertaste, ahora por fin me vas a decir lo que es Wikipedia? – Preguntó apareciendo a mi lado con una sonrisa malvada al verme atrapada.
-Sólo si me sacas de aquí – Dije forcejeando para liberar mis brazos. No pude escapar, e hice un exagerado puchero, frustrada.
James me liberó con un par de movimientos.
-Baño… – Dije, y me dirigí al baño a hacer pis y lavarme los dientes sin esperar respuesta.
-Wikipedia! – Exclamó en cuanto me asomé.
-Aaaaah! Eres insoportable, un obsesivo, con razón eres un buen rastreador – Comenté, y me mantuve al otro lado de la habitación, pensando que si quería molestarlo lo más sabio sería hacerlo de lejos… Como si sirviera de algo!
-Soy más que bueno – Aseguró con una sonrisa fanfarrona.
-Meh… - Dije encogiendo mis hombros sin darle demasiada importancia a su elevada opinión de sí mismo, pero retrocediendo casualmente hacia la pared.
-Meh? Qué es meh? – Preguntó ofendido.
-Meh… - Repetí, porque la palabra para mí era autoexplicativa – Meh como que llevas años persiguiendo a Alice, así es que no me consta que seas tan eficiente – Lo pinché chocando mi espalda contra la pared.
Este era un tema sensible, es que estaba loca al traerlo a colación? Probablemente sí.
-Te atrapé a ti – Dijo con una mirada francamente peligrosa, acercándose a mí predatoriamente. Mi corazón se aceleró y él sonrió aún más, tal vez pensando que era de miedo, pero la verdad es que era porque si bien es cierto que el verlo inmóvil era impresionante, la verdadera belleza sobrenatural de James se apreciaba plenamente cuando estaba en movimiento, acechante, desplazándose fluidamente, con una gracia que ninguna otra creatura nunca poseería.
-No – Lo corregí casi sin aliento, pero sin desviar la mirada – No me atrapaste, me mentiste para obligarme a entregarme. Si yo no hubiera sido tan estúpida de contestar el teléfono y escaparme de Alice, nunca me habrías descubierto.
-Nuevamente Alice – Dijo entrecerrando los ojos, cambiando su humor a algo verdaderamente oscuro.
Maldición! Su obsesión por Alice no cesaría hasta encontrarla, y aunque no tratara de hacerle daño, Jasper despedazaría a James sólo por respirar el mismo aire que su esposa.
-Wikipedia! – Dije cambiando de tema no muy sutilmente.
-Qué es Wikipedia? – Preguntó a pesar de sí mismo por enésima vez.
-Bueno, es una enciclopedia universal a la que accedes desde tu computador desde cualquier parte del mundo. Cuando quieres saber algo es el primer lugar que consultas, porque te da una idea general del tema, y de ahí pasas a textos especializados – Dije - Cada día se está actualizando y contiene información de todas las ramas del conocimiento, desde ciencia a historia, biografías de gente viva y muerta, películas, series de televisión, física, matemáticas... Lo que se te ocurra está  en Wikipedia! – Dije deslizándome por la pared hasta quedar sentada en el suelo, y señalé el espacio frente a mí. Él dudó unos segundos y luego se sentó, muy concentrado.
Era surrealista el ir dándome cuenta de otra increíble herramienta que daba por sentada mientras estuve en mi propio tiempo.
-Me estás tomando el pelo Isabella? – Me preguntó cuando terminó de pensar, enojándose de nuevo, pero esta vez conmigo.
-No, por qué? – Balbuceé levantando la mirada.
-Puede que yo no sea el hombre más educado en cuanto a tecnología… Y otras cosas – Dijo - Pero hasta yo sé que un computador ocupa una enorme habitación completa, y sólo los grandes centros de investigación tienen una – Dijo en voz muy baja y sin entonación – Y nadie tiene una para uso privado, menos una chiquilla como tú! – Gritó.
-La tecnología avanza – Rodé los ojos sin alterarme – Durante la próxima década el hombre va a llegar a la luna, y los computadores se van a ir haciendo cada vez más pequeños hasta que se conviertan en dispositivos con pantallas táctiles tan delgados como una revista, que tienen baterías que tienen muchas horas de autonomía y que pueden recibir y enviar información sin necesidad de cables – Dije – Y entre esa información está la que contiene Wikipedia, que es un sitio al que accedes desde la internet, que es una red informática universal. Todo lo que necesites está ahí, al alcance de las manos de cualquiera con un computador y un celular…
-Celular? – Preguntó fascinado con mi relato, pero tratando de que no se le notara, lo que lo hacía más evidente aún.
-Ah, sí, son teléfonos personales – Dije encogiendo los hombros, quitándoles importancia.
-Para qué necesita cada uno su teléfono? Los tienen en sus habitaciones? – Preguntó.
-No, la función de los teléfonos celulares es más parecida a la de los computadores, son teléfonos muy pequeños y delgados con pantallas a color con perfecta definición. Tienen muchas aplicaciones, desde hablar, mandar mensajes de texto o correos electrónicos (esos reemplazaron a las cartas de papel), sacan fotos, les puedes instalar juegos, tienen calculadora, agenda, reloj, alarma, programas para ver películas y escuchar música, informe del clima, mapa en tiempo real que te muestra donde estás e incluso cuanto te vas a demorar en llegar tomando distintas rutas… En fin, todo lo que alguien necesita para conectarse con el mundo está en la palma de tu mano, ya ni siquiera es necesario salir de tu casa… - Traté de resumir.
-No sé si creerte – Me dijo luchando por controlar sus facciones. Qué raro que un vampiro fuera tan malo para mentir… Los Cullen eran unos expertos… Aunque la razón es obvia si se piensa bien: James vive y viaja solo y no tiene relaciones con la comunidad, por lo que no ha necesitado entrenarse en el arte del engaño.
Me pareció… Refrescante.
-Hace un tiempo leí que en este siglo se hicieron más avances tecnológicos que en todos los demás desde el inicio de la civilización – Dije levantando las rodillas y apoyando en ellas mis antebrazos para apoyar en ellos mi mentón – No sólo por la computación, sino que la medicina, la física, la astronomía, las matemáticas, y hasta las guerras, que demandaron científicos trabajando contra reloj para crear armas de todo tipo… Ufff! Te esperan unos años muy emocionantes – Le dije sonriendo al ver que ya se le había pasado el enojo.
-Te escucho y quiero creerte, pero todo es tan… - Vaciló.
-Increíble? – Pregunté y él asintió – Lo sé, pero no más irracional que la existencia de los vampiros y los hombres lobos – Le dije.
-Hombres lobo? – Preguntó de inmediato.
-Esa historia si es larga, dejémosla para mañana – Le dije poniéndome de pie – Bueno, no me dijiste cómo acarrear los víveres del supermercado! Llevo o no una maleta?
-Por lo que he visto los humanos usan bolsas de papel marrón para transportar su comida – Dijo aún sentado, haciendo memoria.
-Ecológico e inconveniente – Mascullé.
-Qué? – Preguntó – De qué hablas?
-Qué tanto te preocupa tu conciencia? – Pregunté estudiándolo cuidadosamente.
Él sonrió burlón pero no dijo nada.
-Quiero que me hagas un favor – Le dije estirando mi mano para que se levantara. Él la tomó pero no cargó nada de su peso en mí.
-A quién hay que matar? – Preguntó completamente serio, soltándome como a desgana.
-A nadie, espero… – Respondí seriamente.
-Estoy esperando… - Dijo cuando me vio titubear.
-Bueno, está bien, quiero que le robes un auto a una ancianita – Le dije en voz muy baja.
El rostro de sorpresa de James fue impagable.
-Es porque si no vamos en auto las bolsas se nos van a desfondar antes de llegar a la casa – Expliqué.
-Por qué tiene que ser el auto de una viejita? – Preguntó aguantando una carcajada.
-Porque las viejitas no salen a manejar de noche, tienen mala vista, malos reflejos y mala motricidad, así es que podríamos robar un auto, hacer las compras y devolver el auto sin que la viejita se dé cuenta – Expliqué.
-Dónde está la diversión de robar si la víctima no se da cuenta? – Preguntó exasperado.
-En que tú sabes que hiciste algo malo – Respondí – Me harías ese favor? Porfis… - Batí mis pestañas e hice pucheros hasta que resopló la risa contenida - Y si puedes encuentra un convertible! – Dije al ver que había ganado.
-Para qué? – Preguntó.
-Bueno, no sé cuánto tiempo me voy a quedar, puede ser bastante o unos días, así es que lo mejor es que empiece a planear mis próximos pasos para aprovechar de conocer todo lo que pueda… - Dije - Y nunca antes he ido a un autocine – Confesé.
Él me miró sin decir nada, como si yo fuera un fenómeno.
-Quiero que me acompañes al autocine, no voy a ir sola, sería patético! – Dije derrumbándome al fin – Ni siquiera tienes que quedarte durante la película, sólo llevarme y traerme... – Agregué muy bajito.
-Me estás invitando a una cita? – Preguntó recuperando la calma y confianza en sí mismo.
-Nooooo – Dice entrecerrando los ojos y cruzando mis brazos en mi pecho – Quiero que me acompañes para que no me miren como a un bicho raro, y que me compres palomitas – Le dije – Y también quiero ir a bailar rock and roll y quiero comer una hamburguesa en uno de esos lugares en los que la mesera va a tu auto en patines.
-Esos son un montón de citas – Afirmó - Qué gano yo con todo eso? – Preguntó levantando la barbilla.
-El placer de mi compañía – Dije de inmediato – Y a lo mejor hay más cosas que quieres saber del futuro, y de cualquier forma es mejor que quedarte solo y aburrido esperando por Alice.
James emitió un suspiro totalmente innecesario.
-Cuándo quieres ir?
oooOooo
Caminamos juntos por el pasillo del supermercado, que resultó ser bastante más moderno de lo que esperaba. La gente, al igual que en el parque, estaba vestida como para asistir a un evento semiformal, y mis jeans arremangados y mi blusa amarrada con un nudo en el estómago no impresionaron a nadie.
James por su parte, tampoco hizo un esfuerzo por hacerse más presentable, y usaba botas de trabajo, jeans Lee 101 azules, una camiseta negra y una maltratada chaqueta de cuero de color vino tinto. Una vez más James Dean se me vino a la mente, más que nada por la chaqueta roja que usó en la película “Rebelde Sin Causa”. 
Se habría inspirado James en la película para armar su look subversivo?
-James – Llamé su atención – La película “Rebelde Sin Causa” ya salió en los cines?
-No la he oído mencionar ni he visto carteles anunciándola – Dijo girándose para mirarme – Aunque eso no es ninguna garantía – Agregó -Por qué?
-No es nada, es que te vistes igual que el protagonista de la película, y pensé que habías inspirado tu guardarropas en el – Dije quitándole importancia y echando dos paquetes de arroz al carro.
-Donde “Inspiré mi guardarropas”? – Se rio, genuinamente divertido – Tú no quieres saber de dónde saqué mi ropa – Dijo, y luego agregó más serio – Dejémoslo simplemente en que mis atuendos no conllevan mucha planificación y que no compro en tiendas.
-Oh… Oooooh – Dije cuando comprendí – Es la ropa de tus cenas? – Susurré acercándome a él. Él se alejó de inmediato.
-Qué clase de humana eres tú? Te acabo de decir que uso la ropa de mis víctimas y tú te acercas en lugar de correr? – Me dijo frustrado, en una especie de gruñido, tomándome de los brazos y sacudiéndome un poco. Algunas personas se pararon a mirar.
-James, suéltame, la gente está mirando – Dije con voz tranquila. Él dejó de sacudirme pero no me soltó – En primer lugar he sabido desde el principio que comes humanos, así es que no es una sorpresa para mí. En segundo lugar, no hay nada de malo en usar ropa de segunda mano, yo he encontrado cosas súper interesantes en la tienda del Ejército de Salvación; simplemente no veo por qué sería mejor desperdiciar la ropa de quienes perdieron la vida por ti. Y en tercero, de toda la gente de este lugar, soy la que está más a salvo, porque de momento te divierto y no me quieres matar, en cambio los demás no significan nada para ti – Terminé.
Por fin las manos de James soltaron mis brazos y la sangre volvió a correr libremente hasta la punta de mis dedos… Pero él no se alejó.
Se quedó ahí, totalmente inmóvil, en medio del pasillo de los abarrotes, a menos de un metro de distancia de mí.
Pero su mirada había cambiado, había algo inquietante en su complejidad.
Se sentía desconcertado.
Se sentía impresionado.
Se sentía hambriento, pero no sé si de sangre.
Y creo… Creo que ese fue el primer momento en el que vislumbré ese toque de locura que tiñe todas sus pasiones… Ese toque que luego se convertiría en una obsesión.
&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&
Les gusta?
a)Sí
b)No
c)Meh…


No hay comentarios.:

Publicar un comentario

No olvides comentar!!!

Calendario