martes, 8 de septiembre de 2015

Mi Destino 32

Último capítulo súper-extra-largo. Pensé en dividirlo en dos, pero después me dije “Naaaaah”…
Ojalá les guste cómo se resuelven las cosas, cariños.
A.
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Capítulo 32
And suppose I never ever met you
Suppose we never fell in love
Suppose I never ever let you kiss me so sweet and so soft
Suppose I never ever saw you
Suppose we never ever called
Suppose I kept on singing love songs just to break my own fall
Just to break my fall
Just to break my fall
Break my fall
Break my fall
Fidelity / Regina Spektor

GARRETT POV
Lo mataría. Lo mataría. Isabella tendría que entender… Si es que despertaba… No! Cuando despertara. Ella comprendería que no podía sino perder el poco control que me quedaba. Incluso con Peter y Emmett conteniéndome los brazos, y Jasper forzándome a la sumisión con su poder por la espalda, sentí que si realmente quisiera me los podría sacar de encima y acabar con el niño dorado de Carlisle.

Maldito pusilánime hijo de puta! No se podía ir al bosque o a un hotel mientras nos encargábamos del asunto, oh no! Tenía que quedarse en casa con su familia, para decidir unilateralmente cuándo la perra de Victoria había tenido suficiente.
Yo era el único que tenía derecho a decidir! Era mi mujer la que yacía inconsciente, eran mis hijos los que peligraban en el vientre de su madre, tan grandes que consumían toda su energía, pero aparentemente aún demasiado pequeños para sacarlos.
Lo mataría. Victoria no debía morir hasta que yo sintiera que había pagado todo el daño que nos hizo, y eso definitivamente no sería hasta mucho después de que mi Isabella despertara… Si es que despertaba…
Frank y Pepe se acercaron cuidadosamente para ayudar a calmarme, y entre todos más el don de Jasper, comencé a respirar normalmente en lugar de resoplar.
Por supuesto que aún planeaba arrancarle la cabeza a Eddy y metérsela en el culo antes de lanzarlo en la misma hoguera en la que quemaríamos el cuerpo de Victoria... Sólo necesitaba que mis amigos se confiaran, que me soltaran, era cosa de fracción de segundos, nada más.
-Garrett! Garrett! - Gritó Lis desde el interior de la casa – Bella! Bella despertó!
No tengo ni idea de lo que pasó en el tramo entre el patio y la cama de mi mujer, supongo que todos volaron por los aires, y supongo que no me detuve a matar a Edward, porque habría significado atrasarme en llegar junto a mi Isabella.
Siempre podía matarlo más tarde.
Isabella luchaba por abrir los ojos, pero había demasiada luz en la habitación.
-Lis, cierra las cortinas – Dije en voz baja mientras tomaba la pequeña mano de mi mujer, casi tan pálida como la mía.
-Garr? – Susurró Isabella tratando de enfocar su mirada en mí.
-Aquí estoy Isabella – Besé su palma y restregué mi mejilla en ella – Aquí estoy.
-Emmetito? Garretito? – Hizo amago de mover su mano hacia su estómago pero un gemido de dolor salió de sus labios y contrajo el brazo gimiendo otra vez.
-Shhhhhh… Tranquila, ambos están bien, no quisimos transformarte para que ellos tuvieran tiempo de desarrollarse un poco más, pero eso significa que todas tus heridas deberán ser tratadas de la manera humana tradicional – Dijo Lis.
-Bien… – Dijo ella respirando profundamente y encogiéndose de dolor.
-Cuidado, tienes dos costillas rotas y el pulmón colapsado… Bueno, estaba colapsado, ahora ya está mejor, pero suspirar probablemente no es una buena idea – Dijo Lis acercándose a la línea intravenosa conectada a Isabella con una jeringa llena de algo.
-Qué es eso? – Preguntó Isabella – No quiero nada para el dolor, puede dañar a los bebés…!
-No es nada para el dolor, son antibióticos – Dijo Lis introduciendo el líquido.
-Garr, estás bien? – Preguntó con voz ronca y desentonada, estudiándome.
-Perfectamente – Dije hundiendo mi rostro en su cuello, cuidando no tocar su clavícula o su hombro dislocado.
-Alguno de los nuestros…? Char? – Preguntó.
-Todos bien, éramos más y mejores luchadores, nos demoramos en acabar con ellos porque se dispersaron en el bosque, pero las tres perras están muertas – Le aseguré.
-Te amo… Pensé que me moría cuando Victoria me dijo que te habían matado… Más aún cuando dijo que mataría a uno de nuestros bebés y el otro se lo daría a María para que lo criara – Dijo Isabella mientras lágrimas corrían por sus mejillas – Dijo que me patearía el estómago… Me preguntó qué bebé me gustaba más, si el de la derecha o el de la izquierda… - Sollozó.
La ira que me embargó fue como nada que hubiera vivido nunca, sentí que la irradiaba visiblemente. Nadie había dicho nada respecto a las amenazas de Victoria. Nadie me dijo que Victoria quiso obligar a mi mujer a elegir entre nuestros hijos, nadie dijo que amenazó con que mataría al otro a patadas…
-Fuera – Gruñí a Lis sin dejar de ver a mi mujer, que lloraba con la mitad de su carita inflamada  y manchada de moretones.
-Garrett no creo que sea una buena idea, no estás estable emocio… - Dijo Lis pegándose a la pared.
-FUERA! – Rugí tan alto que la cama llegó a vibrar.
Jasper apareció en la puerta.
-Lis, cariño, ven conmigo – Dijo con voz serena, estirando la mano.
-Pero Bella…
-Garrett nunca le haría daño – La tranquilizó – Pero no estoy seguro de poder decirlo mismo con nadie más. Ven, vamos a cazar, debes estar hambrienta…
-No voy a ir a cazar, me voy a quedar por aquí por si Bell me necesita… - Dijo Lis.
Lis salió y cerró la puerta mientras yo comencé a resoplar como un toro a punto de embestir. Victoria… Cómo me gustaría poder arrancar su cabeza de entre las cenizas, volvérsela a pegar y torturarla en serio… Porque lo de la cal eran vacaciones en relación con lo que tenía pensado para ella.
-Garr… - Musitó Isabella trayéndome al presente.
La miré incapaz de responder, incapaz de emitir sonido.
-Garr, acuéstate conmigo – Me pidió – Te necesitamos…
-Isabella no… Yo… No puedo… Te haría daño… Necesito matar a alguien… - Balbuceé.
-Tú no me harías daño jamás – Rebatió – Te necesito, necesito que me toques… O es que me veo tan horrible? – Preguntó insegura.
-Pero qué dices? Estás herida y maltratada, nunca horrible! – Le dije – Pero entiende, estoy tan furioso que…
-Que nada. Yo también estoy furiosa con lo sucedido, pero no hay nada que pueda hacer al respecto. Si no vienes a acostarte conmigo voy a pensar que ya no te gusto y voy a llorar – Dijo exagerando un puchero.
No pude evitar sonreír un poco. Pequeña manipuladora…
-Eres terrible – Le dije quitándome los zapatos y luego los jeans.
-Esa camiseta está manchada, eeeeew, mejor te la quitas – Dijo ella aguantándose la risa que le daba vencerme.
Me quité la camiseta quedando sólo en boxers.
-Ahora qué? – Pregunté.
-Ven de este lado, que no me duele nada – Me indicó golpeando suavemente la colcha.
Con todo cuidado de no sacudir la cama gateé hasta ella y comencé a recostarme.
-Así no sirve. Tiene que ser por debajo de las sábanas, piel con piel – Me corrigió.
Obedecí. Piel con piel. Yo también deseaba eso.
Con mucho cuidado me metí bajo las sábanas y me acurruqué moldeando mi cuerpo con el suyo. Una vez que todo mi frente tocó todo su costado ambos suspiramos satisfechos.
-Así está mejor – Dijo ella girando el cuello cuanto le permitía su lesión y besando la línea de mi mandíbula.
-Sí – Admití – Así está mucho mejor.
-Soñé contigo, sabes? – Preguntó – Todo el tiempo, cada vez que sentí que me iba tú me llamabas. No te podía dejar…
-Por supuesto que no me puedes dejar! – Exclamé horrorizado – Qué sería de mí sin ti?
-Te amo Garr, ya todo se acabó, verdad? – Preguntó. Estaba implícito que hablaba no solo de Victoria sino de todas las amenazas.
-Todo se acabó – Le dije – Antes de lo esperado, pero ya me encargaré de eso…
-Qué pasó? – Preguntó percibiendo mi cambio de humor.
-Capturamos a Victoria y la metimos en cal – Respondí – No la pensaba matar hasta que tú te recuperaras, lo justo es que ella sufriera contigo – Dije cautelosamente. No sabía la posición exacta de Isabella con respecto a la tortura.
-En cal… - Dijo y frunció el entrecejo – Garr, eso es bastante horrible! – Exclamó pero sin sonar demasiado escandalizada.
-Y lo que te hizo a ti no es horrible? Y lo que quería hacer con nuestros bebés? – Rebatí.
-Tienes razón, que se pudra la perra – Dijo Isabella endureciendo sus rasgos más de lo que creí posible. A ella la podían atacar, pero alguien tocaba a sus hijos y la cosa cambiaba.
-Sí, bueno, lamentablemente no se va a poder – Dije suspirando y besando su cabello.
-Por qué? Se escapó? – Preguntó ella asustada.
-No – Le dije amargamente - Edward decidió que Victoria ya había sufrido demasiado y la mató hace un rato, antes de que pudiéramos reaccionar para evitarlo – Le dije – Tú despertaste justo mientras Jasper, Emmett, Peter, Frank y Pepe trataban de contenerme para que no lo matara.
-Edward salvó a Victoria? Pero por qué? Entiendo que la noticia de nuestra relación y los bebés le cayó mal, pero de ahí a compadecerse de mi torturadora… - Preguntó desconcertada.
-Edward no la trató de ayudar, simplemente se cansó de escuchar sus lamentos mentales, ya que físicamente estaba amordazada.
-Ese gran hijo de puta… - Masculló Isabella – Me está escuchando?
-Apostaría a que sí – Respondí.
-Edward Cullen eres un pacato cobarde que no es capaz ni de vengar o permitir que venguen a la mujer que dijiste amar alguna vez! – Gritó Isabella tan fuerte como le permitieron sus heridas -  Yo te amé y luché contra Garrett y su amor incondicional con todas mis fuerzas para serte leal a ti, a ti! Pero ahora veo que no te mereces nada, ni mi amor ni mi lealtad porque no eres un hombre de verdad, eres sólo un niño caprichoso, tonto y asustado, que vive temiendo al infierno  a pesar de ser inmortal. Le quitaste a mi hombre su derecho de vengarme y si bien antes te compadecía por el daño que supuestamente te hice al dejarte, ahora te odio, me escuchaste? – Luego me miró a mí, que rebosaba de orgullo – Me escuchó?
-Te escuchó – Confirmé afinando el oído para constatar que Alice se había acercado a Edward para consolarlo. Aparentemente había caído de rodillas en el patio y no se quería levantar.
-Bien – Dijo – Tengo hambre y estoy asquerosa, quiero ducharme.
-Lis? – Pregunté.
-Qué quieres comer Bell? – Preguntó Lis entrando otra vez a la habitación.
-Tártaro alemán – Respondió Isabella.
-Agh, que asco – Arriscó la nariz Lis – Jasper, puedes ir a la ciudad y comprar comida para Bell?
-Seguro – Dijo asomándose por una ranura de la puerta – Puedo? – Preguntó.
-Pasa, pero vas a ver a un monstruo deforme – Dijo Bella haciendo un puchero.
-No sabes lo contento que estoy de que estés bien – Dijo besando su frente. Le debe haber enviado algo a Isabella porque ella sonrió tanto como pudo.
-Garrett quiero ver a Belly, me dejas pasar? – Preguntó Emmett desde la entrada.
-Pasa, Emmett – Dije relajándome. Esta era mi familia, ellos darían la vida por mi mujer.
Emmett se apresuró al pie de la cama, del otro lado que me encontraba yo, y tomó la mano de Isabella delicadamente.
-Hola Emmy – Dijo ella.
-Hola Belly – Dijo él apoyando su cabezota en el vientre de mi mujer, algo que ni yo me había atrevido a hacer por miedo a dañarla.
-Cómo están ustedes? – Preguntó ella en general.
-Mejor ahora – Dijo Jasper – Qué quieres que te traigamos? – Le preguntó.
-Carne cruda… Posta molida, supongo… Y huevos… Y también los ingredientes para hacer pie de limón – Dijo Isabella.
-No es mejor si te compramos un pie? – Preguntó Jasper.
-No, tiene que ser casero, me gusta la receta que aparece en elgourmet.com. – Dijo ella.
-Y quién lo va a cocinar? – Preguntó Jasper.
-Peter o Char… Dónde están ellos? Están bien? – Preguntó otra vez ansiosa.
-Ellos discutieron hace días, y ahora se están reconciliando – Dijo Jasper.
-Char no se separó de tu lado hasta lo de la casi pelea con Edward, y cada día te pintó las uñas de un color distinto – Dijo Lis.
-Bueno, a lo mejor me puedo cocinar mi pie yo misma… - Dijo Bella.
-Absolutamente imposible – Dijo Lis – Estás en reposo absoluto, no puedes pasearte por la cocina.
-Se puede sentar? – Pregunté.
-Sí, claro – Dijo Lis.
-Entonces la sentaremos en la mesa de la cocina y ella me dirigirá mientras cocino – Dije aún casi desnudo y abrazado a ella.
-Harías eso por mí? – Preguntó Isabella. Yo rodé los ojos. Había algo que no estuviera dispuesto a hacer por ella?
-Bueno, entonces Emmett y yo nos vamos – Dijo Jasper.
-Y mi baño? – Preguntó Isabella.
-Yo te voy a bañar – Dije antes de que Lis hiciera o dijera nada. Por una vez ella comprendió. Necesitaba reconectar con mi Pareja.
Todos comenzaron a salir para realizar distintas tareas.
Preparé la tina con agua caliente recordando casi con añoranza el termómetro para asar pavos que compró Peter a Bella para que no la metiéramos en agua demasiado caliente… Eso no fue hace tanto tiempo, sólo unos meses, y mi vida era otra tan distinta, solitaria, sin raíces...
Ahora en cambio mi mujer me amaba, mi clan se había transformado en una numerosa familia y sería padre de dos bebés, algo tan imposible que a pesar de ver la enorme panza de Isabella y de escuchar los pequeños corazones latir, muchas veces me costaba creerlo.
Cuando salí del baño Isabella estaba sola en la habitación y Lis la había desconectado de los monitores y quitado la cánula del suero y medicamentos.
-Te voy a tratar de mover suavemente – Le dije acercándome – Pero probablemente te va a doler…
-No importa, nada es peor que apestar – Respondió.
La tomé entre mis brazos privilegiando el contacto en su lado bueno y aunque cerró los ojos y apretó los dientes, Isabella no emitió sonido.
La llevé al baño la puse de pie junto al WC.
-Necesitas que te deje un momento? – Pregunté.
-Sí por favor – Murmuró. Mientras ella hacía sus necesidades yo me apuré en cambiar las sábanas y hacer la cama.
Sonó la descarga y ella me llamó.
-Lista? – Pregunté y ella asintió. La tomé en brazos y la senté en el vanitorio.
-No quiero que te veas al espejo – Le dije mientras rasgaba su camiseta, ya que no podía mover el brazo dislocado – Te vas a alterar y eso no le hace bien a los bebés.
-Tan desfigurada quedé? – Preguntó débilmente – Crees que mejorará con la conversión o seré un monstruo por siempre?
-Tu rostro está amoratado e hinchado, pero no es permanente, incluso si te dejáramos permanecer humana sanarías en poco tiempo – Le dije acariciando su mejilla sana – Pero eso no quita que te impactaría verte, la perra esa te rompió los huesos de la mejilla, así es que además tienes un ojo en tinta.
-Sí, recuerdo que me abofeteó y me azotó contra el muro – Dijo – Pero yo estaba consciente, recuerdo hasta que llegaron Peter y Char a salvarme…
-Gracias a dios llegaron a tiempo – Dije mientras la depositaba con todo cuidado en la tina.
-Recuerdo que Victoria trató de atacarnos y Char me protegió, y eso fue todo… - Dijo frunciendo el ceño mientras  yo la mojaba con un jarrito plástico y ella suspiró satisfecha.
-Aparentemente tienes un poder – Le dije – Siempre hemos pensado que eres una especie de escudo porque puedes interferir con la mayoría de los poderes ajenos, excepto cuando no quieres, como es el caso de Jasper. A él a veces lo bloqueabas cuando vivías en Forks, pero no desde que vives con nosotros…
-Ajá – Dijo ella interesada – Yo nunca quise que Edward supiera lo que pienso…
-Ahí tienes – Le dije – Pero lo del otro día fue distinto, fue la manifestación del escudo físico más poderoso que hemos visto. No sólo te protegiste a ti y a Charlotte siendo humana, sino que prácticamente rostizaste a Victoria cuando las tocó. Creemos que ese esfuerzo es el que te dejó inconsciente, un humano no debería poder hacer eso…
-Y ese señor… Ese del clan Denali, el que da miedo… - Dijo.
-Eleazar? – Pregunté.
-Sí, ese, escuché a Jasper comentar que él puede ver los dones ajenos y conocer su alcance… Dijo algo sobre mí? – Preguntó mientras le lavaba el cabello.
-Bien pensado Isabella – Dije besando la punta de su nariz – Aparentemente lo bloqueas a él también, lo que confirma que eres un escudo, aunque Eleazar no nos puede decir qué tan poderoso ni el alcance de ese poder. Sólo podemos asumir que uno muy eficaz, eres una mujer increíble – Dije aplicando bodywash en una esponja nueva y comenzando a deslizarla por su piel.
-Creo algo – Dijo Isabella después de un rato con los ojos cerrados disfrutando de mi toque.
-Qué crees? – Pregunté pasando bodywash por su estómago con mis manos desnudas. Mis chicos parecieron reconocerme porque patearon a mi paso.
-Auch! – Se quejó Isabella – No los hagas patearme cuando tengo costillas rotas!
-Lo siento! No pensé – Dije quitando la mano de inmediato.
-Está bien, los bebés te extrañan, es sólo que me duele un poquito, ellos parecen ser más fuertes y resistentes que yo… - Dijo mirándose la panza con ternura pero sin tocarla.
-Tiene sentido si son medio vampiros – Dije encogiéndome de hombros. No lo había pensado antes, pero por supuesto que mis chicos serían más fuertes que su madre! – Bueno, dime qué es lo que crees – Dije regresando a nuestra conversación previa.
-Creo que los bebés potencian mi don… Algo de su veneno debe recorrer mi sistema, tal vez no suficiente para convertirme pero sí para conectarme con ellos… - Dijo mirándome a ver qué opinaba.
 -Como diría Lis, “esto son puras suposiciones mientras no se demuestre empíricamente” – Le dije chorreando agua en su pecho – Pero me parece una buena hipótesis, no me lo explico de otro modo.
-Garr… No te da miedo que te rostice como a Victoria? – Preguntó muy despacito.
-No Isabella, ese es un don defensivo, y si alguna vez llegas a sentirte tan amenazada por mí, entonces me merezco que me rostices – Respondí totalmente honesto.
-No quiero hacerle daño a quienes amo – Murmuró.
-No lo vas a hacer. Jasper y Lis pueden ayudarte a manejar tu don cuando sea el momento, por ahora es importante que te mantengas tranquila de modo que no haya posibilidad de que despellejes a alguien por error, vale? – Pregunté y ella asintió – Agáchate un poco para lavar tu espalda – Le dije.
-Entones es mejor que ninguno de los Cullen se me acerque, en especial Edward, quién sabe qué puedo hacerle a propósito, con lo furiosa que estoy con él – Dijo no sé qué tan en serio, pero plenamente consciente de que Edward y todos los demás estaban escuchando.
-No hay problema, si llegara a acercarse lo suficiente para tocarte tendría que partir por quitarse el lanzallamas que yo le metería por el culo – Gruñí – Abre – Le indiqué para que separara las piernas. Sus ojos se obscurecieron pero no dijo nada.
Hice mi labor a consciencia y para cuando terminé ella jadeaba y yo tenía una erección capaz de taladrar roca.
-Me vas a dejar así? – Susurró cuando me retiré.
-Se está enfriando el agua – Respondí con voz baja.
Ella hizo un puchero que rompió mi corazón y la saqué de la tina con todo cuidado, y la dejé de pie junto al vanitorio.
Envolví su cabello en una toalla y usé otra para secar su cuerpo. Luego saqué su cosmetiquero del vanitorio y le puse desodorante tal como a ella le gustaba y me fui a sacar una de mis camisas de la cómoda, ya que una camiseta no serviría al no poder mover su brazo. Una vez lista le quité la toalla del cabello y la peiné mientras ella se lavaba los dientes y sequé su cabello con secador para no arriesgar un resfrío.
Ella se dejó hacer mansamente.
Luego la tomé en mis brazos una vez más y la llevé a la cama.
-Olvidaste ponerme ropa interior – Me dijo antes de que la cubriera con la sábana.
-No, no lo olvidé – Respondí acostándome a su lado. Ella entrecerró los ojos estudiándome pero no dijo nada hasta que sintió mi mano deslizarse entre sus piernas. Estaba excitada y su aroma me estaba volviendo loco – Creíste de verdad que te dejaría a medias? – Le pregunté.
-Eso pareció – Dijo débilmente.
-No Isabella, mi mujer no va a quedar insatisfecha si yo puedo evitarlo – Dije recorriendo su sexo. Conocía cada pliegue, cada zona erógena, los ritmos que le gustaban y aquellos que la enloquecían... Tomé las cosas con calma, sólo quería tocarla, no alterarla demasiado o Lis me regañaría.
-Oh… Eso es… Mmmmmh… Garr… Sí… Oh… Oh… - Mientras la acariciaba tomé uno de sus pechos en mi boca y al sentir que se mojaba más la penetré lentamente con dos dedos. Cuándo sería el día que podría volver a hacerle el amor?
-Te gusta Isabella? – Gruñí en su oído.
-Sí, tú sabes que sí… - Gimió.
-Quieres acabar? – Pregunté.
-Sí, sí Garr… Sí… - Balbuceó y yo comencé a rodear su clítoris con el pulgar, rápido, rápido, hasta que arqueando la espalda mi mujer gimió y llegó al clímax. Yo dejé mi mano es su monte de Venus simplemente porque me gustaba su humedad y su calor, por lo que me di cuenta de inmediato cuando sucedió.
Humedad… Demasiada humedad… No era normal.
-Garr? Garr lo siento… Parece que me hice pis – Musitó muerta de vergüenza.
-No – Dije aterrado de las consecuencias y sobretodo de Lis – No Isabella, no es orina… Rompiste fuente.
-Otra vez? – Preguntó ella – Ouch! – Se llevó la mano buena al estómago.
-La vez anterior no rompiste fuente, sólo perdiste algo de líquido amniótico, pero ahora parece que la cosa va en serio.
-Garr, duele! Los bebés se están moviendo un montón…  – Dijo tratando de encogerse, pero demasiado dañada para encontrar una posición cómoda.
-Lo siento, lo siento, lo siento – Repetí una y otra vez – Lis!
-Te dije que no la alteraras y qué hacen el par de descriteriados? Sesión de orgasmos, eso es lo que hacen, justamente una de las mejores maneras de estimular un parto! – Entró Lis, que evidentemente estaba esperando afuera.
-Lis, vamos a hacer lo que hablamos? – Preguntó Isabella con la frente perlada de sudor.
-Sí Bella, no veo otra manera, no puedes enfrentar un parto normal con tantos hueso a medio soldar… - Dijo Lis.
-Ok, Ok, Ok… - Se repitió Isabella.
-Qué van  hacer? – Pregunté.
-Qué tan bien alimentado estás? – Preguntó Lis.
-Me alimenté ayer, Peter me obligó a ir a cazar junto a los Meléndez - Respondí.
-Esto va a ser sangriento y no puedes perder el control – Me advirtió.
-Jamás perderá el control con mi mujer e hijos – Dije ofendido – Qué hay de ti?
-Con el festival de emociones extremas que se ha dado lugar los últimos días estoy más que en control – Respondió.
-Bueno, pero qué van a hacer? – Insistí.
-Una cesárea – Dijo Lis mientras examinaba a Bella entre las piernas – Tapón mucoso completamente desprendido, contracciones irregulares – Masculló - Le voy a aplicar una inyección de anestesia llamada peridural, entre las vértebras, para ser precisa, en el eje neuroaxial, y con eso va a quedar consciente pero insensible desde el esternón hacia abajo... Luego le hago un tajo, le saco a los bebés y la coso. De acuerdo a cómo evolucione, veremos si es necesario transformarla de inmediato, depende de si los bebés la necesitan para alimentarse…
-Ok – Respiré calmándome – Ok… Esto es seguro verdad?
-Es un procedimiento muy común, en los hospitales hacen más cesáreas que partos normales, porque se evitan sorpresas y los músculos vaginales no sufren tanto y no pierden elasticidad…
-Lis! – Chilló Isabella – Deja. De. Hablar! Sácame a estos bebés!
-Vale, vale! Ogh, cómo me gustaría que Charlotte estuviera aquí! – Dijo Lis levantando los brazos en un gesto de rendición.
-Sí, quiero a Char… - Dijo Isabella en un puchero mientras Lis comenzaba a sacar instrumental que yo no había visto nunca.
-Vale, sí, Char, Char… - Dije sacando mi celular. Llamé ocho veces a Charlotte y diez a Peter. Por lo visto se estaban reconciliando, y quién sabe por cuántos días, esos dos son cosa seria en un día cualquiera, pero después de una pelea importante? Ni idea – No deberíamos llamar a Carlisle? – Pregunté sabiendo que se encontraba paseándose justo afuera de la habitación.
-Lis sabe perfectamente bien lo que hace – Dijo Isabella – Y si un Cullen me trata de tocar lo despellejo! Si pude hacerlo una vez con Victoria, lo puedo hacer de nuevo! – Amenazó Isabella apretando los dientes.
-Bell! – Exclamó Lis sorprendida.
-Él no se interesa en mí – Afirmó Isabella – Más que como caso de estudio. Además es su culpa que Edward sea como es… Porque le permite todo y lo deja creer que es un regalo el cielo, omnisapiente e infalible, y sácame a estos bebés rápido! Aaaaaaaaaaaaaaah! Liiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiis! – Chilló apretándome con su mano buena.
-Ya estamos – Dijo Lis preparando la jeringa con la aguja más grande y gruesa que he visto, unos doce centímetros de largo en total – Ruédate y ponte en posición fetal – Indicó.
-Ayúdame – Me pidió Isabella estirando su brazo bueno. Le obedecí sin poder dejar de mirar esa aguja que le enterrarían a mi mujer en la columna. Si tuviera que apostar yo diría que ese pinchazo dolería más que un parto.
-Ya Bell, trata de abrazar tus rodillas, te tengo que pinchar entre las vértebras, y no te muevas o estornudes – Dijo Lis. Yo debo confesar que debí mirar para otro lado. He visto y hecho las atrocidades más grandes, pero ver sufrir a mi Isabella era completamente diferente.
-No me alcanzo – Jadeó Isabella esforzándose.
-Garrett ayúdala! – Me ordenó Lis.
Abrí un poco un ojo y empujé suavemente sus rodillas para que quedaran lo más cerca posible de su pecho y volví a cerrar los ojos, manteniéndome lo más lejos posible.
Olí alcohol y yodo y finalmente sentí el cuerpo de Isabella tensarse y gemir de dolor.
-Ya va, ya va… Ya estamos! - Dijo Lis.
-Más te vale que funcione a la primera… – Dijo Isabella con la voz tensa, como reprimiendo un grito.
-Podría no funcionar? – Pregunté. Y ahora me lo decían?
-Siempre funciona – Dijo Lis encogiéndose de hombros – Sólo que a veces se duerme sólo la mitad del cuerpo, entonces la mitad de la operación no se siente y la otra sí…
Gruñí. Creo que hasta la cama tembló, No estaba para que me jodieran, la salud de mi mujer estaba en riesgo.
-No pasa nada, cálmate – Me dijo Lis – Simplemente le pongo más anestesia y listo!
-Vale decir, otra de esas agujas gigantes entre las vértebras de mi mujer… - Dije en voz baja y amenazante.
-No te alteres – Dijo Isabella tomando mi mano – Ayúdame a quedar de espaldas, sí?
-No quiero que sufras – Le susurré.
-Eso está implícito en dar a luz, no se puede hacer nada – Me dijo – Piensa que al menos tengo acceso a anestesia…
-Sientes? – Preguntó Lis pinchando los dedos de los pies de Isabella. Ella negó sin mover demasiado el cuello.
-Sientes? – Pinchó la otra pierna.
-No.
-Sientes? – Dijo Lis pinchando la cadera.
-No.
-Sientes? – Pinchó su costado.
-No.
-Sientes? – Pinchó su mano.
-Sí, mierda Lis! – Dijo Isabella enojada.
-Vale, yo creo que estamos, te dormí lo importante de ambos hemisferios – Dijo abriendo mi camisa desde la base hasta poco más abajo de los pechos de Isabella, dejándola totalmente expuesta.
-Garr, si algo me pasa necesito que me prometas… - Dijo Isabella mientras Lis pintaba su estómago con yodo.
-Cállate Isabella! – Dije besándola casi con violencia, dejando sus labios rojos e hinchados. No escucharía ningún tipo de despedida – No te atrevas a terminar esa frase. Si te pasa algo yo voy a ir a avivar con mi cuerpo la fogata que consumió la cabeza de Victoria. No puedo vivir sin ti y lo sabes. Además nada te va a pasar, si vemos que estás demasiado débil te convertiré de inmediato…
-Aquí vamos – Dijo Lis – Garrett prepárate, necesito que me ayudes a recibirlos, eres capaz?
-Sí – Dije simplemente, tomando una de las toallas de baño turcas de color crema de Esme. Probablemente no se mantendrían tan prístinas por mucho tiempo.
-Uno, dos, tres! – Dijo Lis casi temblando de emoción. Con mano firme cortó el bajo estómago de Isabella. Por un momento temí que pudiera cortar la cabeza de uno de los bebés, pero su pulso era firme y parecía saber lo que estaba haciendo.
Una vez que el cortó la primer capa de tejido esperé ver a mis hijos, pero era sólo piel y grasa. Contrario a lo que me esperaba, salió muy poca sangre y Lis la absorbió con una toalla.
Luego cortó el músculo, pero un dirección perpendicular al corte original, o sea en dirección a la fibra, y desgarró el tejido.
-Lis! Qué mierda le estás haciendo? – Pregunté.
-Garr, qué mierda me está haciendo? – Preguntó Isabella tratando de mirar a través de su panza.
-Corto el músculo. El músculo cicatriza más rápido y con menos cicatrices si se corta de esta forma, en dirección a la fibra – Dijo Lis sin mirarnos y poniendo una cosa como un marco de metal en el borde del corte, de modo de mantenerlo abierto – Mira esta parte Garrett – Me dijo y cortó la última capa, mucho más delgada, la que tenía pellizcada con dos pinzas como tijeras.
Agh, que asco!
Pero… Ahí estaba… Una cabecita, no mucho más grande que mi puño…
-Sácalo! – Le dije impaciente.
-En eso estoy! – Respondió Lis armando unas especies de tenazas curvas gigantes. Metió un extremo a un lado de la cabeza de mi hijo y el otro al otro lado y dio un tirón rápido y fluido que sacó toda la cabeza del bebé al exterior.
Luego Lis dejó las tenazas de lado y delicadamente sacó al bebé. Estaba morado y cubierto de vaya uno a saber qué, pero era perfecto.
-Tiene el cordón casi completamente enrollado en el cuello, en un parto normal se pudo haber ahogado – Dijo Lis cortando el cordón, amarrándolo y usando una cosa de goma para absorber cualquier residuo de los orificios de la nariz y la garganta.
-Está bien? Está bien? Quiero ver! – Dijo Isabella.
-Ya va – Dijo Lis continuando con el siguiente bebé – Límpialo – Me dijo - Ahí en ese cajón hay toallas húmedas de bebé, ya que no tenemos preparada agua tibia para bañarlo.
Hice lo que Lis me ordenó en silencio…
Este era mi hijo.
Tenía en mis brazos a mi hijo. Una parte de Isabella y una parte mía que respiraba, un corazón que latía. Sus ojos eran de un azul muy oscuro, como lo fueron los míos cuando era humano. Tal vez eso cambiaría, había leído que los bebés nacen con un color de ojos y éste va cambiando con el tiempo, pero lo dudé. Era exactamente mi color.
Una vez que lo terminé de limpiar (y aproveché de contar 10 dedos de las manos y diez dedos de los pies) miré a mi alrededor buscando pañales. En una bolsa junto a la cómoda había un paquete enorme de pañales decorados en la cintura con caricaturas. Saqué uno y se lo puse tal como había estudiado. No era difícil. Levanté a mi hijo y lo olí. Maravilloso… Olía a bebé y olía a humano, pero no lo suficiente para catalogarlo de comida (lo que de todos modos jamás haría).
-Quiero! Quiero! Quiero! – Dijo Isabella estirando su brazo bueno.
Le presenté a su bebé, pero no la pude dejar sostenerlo, porque Lis estaba un poco complicada sacando al otro, por lo que yo no podía reacomodar a Isabella.
Me senté en la cama con mi mujer y mi hijo y la vi llorar de felicidad sin ocultarlo, sin vergüenza.
-Hola Garretito, mi amor… Hola precioso… - Sonrió tomando una de las manitas del bebé.
-Así es que este es Garretito? – Pregunté divertido.
-Claro, el primero es Garretito y el segundo Emmetito – Me dijo – Viste que la forma de sus ojos es igual a la tuya? Se va a parecer a ti! – Dijo deslizando su mano desde el bebé hasta mi rodilla.
-Y el color también es el mismo que yo solía tener – Dije tratando de contener mi orgullo, pero no sé si me resultó.
-Yyyyyyyy… Aquí estamos! – Dijo Lis terminando de destapar la nariz y garganta del segundo bebé. Hice ademán de ponerme de pie pero ella me dijo – No pasa nada, te lo entrego en diez segundos.
Y así fue. Diez segundos después figuraba con dos bebés idénticos en mis brazos.
-Oh por dios! Los vamos a confundir todo el tiempo! – Dijo Isabella acariciando sus pequeñas mejillas, hipnotizada por esos pequeños que no lloraban, sino que lo miraban todo con ojos atentos.
-Naaaaah – Dijo Lis mientras removía la placenta y hacía limpieza general en el interior de mi mujer – Emmetito tiene una marca.
-Marca? Como un lunar? – Preguntó Isabella mirándolo atentamente. Yo lo giré en mis brazos, pero no pude notar la diferencia.
-Nop – Dijo Lis dejando caer a su costado un montón de trapos empapados en sangre que nos debieron tentar a ambos, pero no fue así – Le dibujé una flor con un Sharpie en la planta del pie.
-Lo marcaste como a una vaca? – Preguntó Isabella.
-Que no, no fue a hierro, fue con un lápiz de tinta indeleble – Dijo mientras empezaba a suturar.
-Lis! A veces me dan ganas de cachetearte! – Exclamó Isabella – No podías al menos haberle dibujado algo menos femenino? Sabes cómo se va a poner Emmett cuando vea que su bebé está marcado por una flor?
-Su bebé? – Pregunté – Ambos son MIS bebés!
-Tú sabes lo que quiero decir – Dijo ella sonando cansada.
-Soy una científica, no un artista, sólo sé dibujar flores y corazones y unas estrellas muy feas. Me deberían estar agradecidos de que no me puse creativa! – Dijo un poco ofendida – Te voy a mover – Dijo y procedió a sacar el protector del colchón y las sábanas de la cama y a poner otras frescas, todo sin sacar de la cama a Isabella.
-Y lo estamos! – Dijo Isabella – De verdad!
-Humph! – Dijo Lis haciéndonos un desprecio – Voy a quemar todo esto – Dijo refiriéndose al basurero que contenía todos los residuos biológicos y las toallas y sábanas – Mientras, Garrett, ayúdala a ponerse ropa y bragas, a menos que quieras que reciba a todos los visitantes que vengan a conocer a los gemelos, comando.
Gruñí, y a los bebés no les gustó. Se revolvieron inquietos y estiraron las manitas hacia Isabella.
-No se asusten de papá – Les dijo Isabella plácidamente recostada en almohadones – Es un gruñón, pero nunca les haría daño.
-Y si quieren un consejo más – Dijo Lis – Comiencen desde ya a vestir a los bebés de manera distinta entre sí. Es lindo ver a dos chicos idénticos vestidos igual, pero estudios demuestran que eso afecta la construcción de su propia identidad. Que cada uno tenga sus cosas y no traten de marcar sus similitudes comprándoles lo mismo por modelo o color.
-Nunca fue una alternativa – Dijo Isabella – De la ropa que compramos Char y yo viene uno de cada modelo, excepto los enteritos, pero esos son ropa interior. Cuando Char regrese vamos a marcar con tu Sharpie toda la ropa de Emmetito, para que ambos tengan sus cosas aparte.
-Bien. EDWARD VOY SALIENDO CON UN BALDE DE ENTRAÑAS Y SANGRE DE BELL, ASÍ ES QUE LÁRGATE BIEN LEJOS, ESTO NO ES UN BUFFET!!! – Gritó Lis a todo volumen, lo que dudo que haya sido necesario - Y Garrett, pon una de tus camisas escocesas a Bell, esa camisa de algodón es indecente para lo que se viene... Deberían probar ver si los bebés quieren amamantar
Dicho esto, cerró la puerta y se largó.
oooOooo
-Nos lo perdimos!? – Exclamó Emmett corriendo por el pasillo – Belly! Belly! Quiero ver a Emmetito! – Golpeó la puerta.
-Mmmmmmh – Dijo Isabella y se cubrió la cara con la almohada.
-Cállate Emmett! – Exclamé – Isabella está agotada!
-Yo quiero jugar con los bebés, no con Bella! – Siguió golpeando – A ella ni la voy a molestar…
Me acerqué a la puerta con un bebé en cada brazo y abrí la puerta.
Emmett entró antes de que le pudiera cerrar la puerta en la cara, seguido por Jasper y Lis.
-Cómo te sientes – Preguntó Jasper arrodillándose junto a Isabella y acariciando su cabello. Ella no se quitó la almohada de la cara pero él sonrió, así es que asumo que tenían una de esas conversaciones silenciosas que solían sacarme de quicio.
-Cuál es el mío? – Preguntó Emmett.
-Ambos son míos – Aclaré – Pero este es el que llevará tu nombre – Dije entregándole a Emmetito.
-Oh! Me tocó el más guapo de los dos! – Dijo tomándolo con sus manazas demasiado grandes para recibir algo tan delicado.
Al bebé no pareció importarle y le sonrió.
-Hola Emm – Dijo Isabella aún bajo la almohada – Te gusta Emmetito?
-Me encanta – Dijo lanzándolo al aire.
-Emmett pedazo de bestia si se te llega a caer…! – Le grité. Garretito miró con curiosidad lo que estaba haciendo su hermano y me pareció como que también tenía ganas de ser lanzado por el aire.
-Bell, los pudiste amamantar? – Preguntó Lis, siempre más práctica.
-Sí… No tenía tanta leche, pero creo que es porque son dos y me dejaron seca casi de inmediato…
-Estuvimos pensando, y creemos que deberíamos probar con darles un poco de sangre, después de todo son medio vampiros… - Dijo Lis.
-Sangre de gente? – Preguntó Isabella frunciendo el ceño.
-No, ese es un problema logístico que podemos enfrentar más adelante, con sangre de donantes o con criminales de mi listado… Por ahora supongo que podríamos probar sangre animal a ver si les gusta y la toleran… - Dijo Lis con cara de que esa idea no le gustaba nada.
-Yo les puedo traer un poco de sangre – Dijo suavemente Rosalie, que estaba mirando la escena a través de la puerta entreabierta. Mi primer instinto fue, por supuesto, mandarla a la mierda, pero estaba tan feliz, y me sentía tan realizado, que no tuve corazón para rechazarla. Todos sabíamos que su punto débil eran los bebés.
-Mira Rose, este es Emmetito - Dijo Emmett acercándosele sin miedo ni recelo. Emmett es un tipo excelente.
-Es precioso – Murmuró ella estirando la mano para tocarlo y arrepintiéndose en el último momento.
-Tómalo si quieres – Dijo Isabella mirando la escena por una rendija entre la almohada y el colchón – Apuesto a que le gustan las rubias como a su tío Emmett.
-Bellyyyyyy! – Se quejó Emmett – No había terminado de jugaaaar!
-Garrett pásale al otro para que no joda – Me dijo Isabella. Yo esperé a que Emmett cediera a Emmettito para pasarle a Garrettito.
-Hummmm – Dijo Emmett examinando al bebé – Este no está tan feo, aunque el mío es mejor…
-No le digas feo a mi bebé! - Chilló Isabella lanzándole la almohada bajo la que se escondía – Agh! – Cerró los ojos y apretó la mandíbula.
-“Agh!” es lo menos que te mereces por bruta – Dijo Lis empujándola de vuelta a la cama – Lanzar una almohada…! – Bufó – Con la clavícula rota, un brazo dislocado, dos costillas rotas y recién operada!
-Lis, hablando de eso… - Le dije – No sería bueno transformar a Isabella de una vez para que deje de estar en constante sufrimiento por sus heridas? Ya sin los bebés no veo motivos para seguir esperando…
-Bueno, lo había considerado – Dijo Lis haciendo un show de limpiar los cristales de sus lentes en la camisa de Jasper que usaba – Pero ahora que sé que los bebés bebe leche materna no lo puedo recomendar, la leche materna es vital para el desarrollo de los bebés y el desarrollo del apego con la madre…
-A mí no me importa que duela – Dijo Isabella – Yo quiero amamantarlos mientras pueda…
-Eso es lo otro, con su desarrollo acelerado no sabemos cuánto tiempo va  ser necesario, en un bebé humano basta con unos seis meses, después de eso la leche pierde paulatinamente su calidad nutricional y el bebé comienza a ser capaz de comer otras cosas para compensar – Explicó.
-Entonces no la puedo convertir? – Pregunté frustrado. Yo quería hacerlo ya!
-No Garr, vamos a tener que esperar un poquito… - Dijo Isabella besando la palma de mi mano que acariciaba su rostro.
Suspiré y recordé lo que Peter había dicho. Fueran como fueran las circunstancias yo era el bastardo más afortunado del planeta.
oooOooo
Cinco días después Peter y Char regresaron, con la ropa rasgada, la cabella llena de hojas y palitos, apestando a sexo y luciendo felices.
Char corrió directamente hacia la habitación de Isabella, donde nos encontrábamos alimentando a los bebés con biberones de sangre de ciervo, lo único que Lis aprobaba que cazáramos en el área, ya que las poblaciones de los demás animales eran menores y no quería que afectáramos el ecosistema circundante. A mí me dio lo mismo, Rosalie y Emmett eran los que cazaban para los bebés. Curiosamente cuando tenían otra cosa en qué enfocarse no se llevaban tan mal, aunque ella ciertamente seguía siendo una arpía, pero una que adoraba a los bebés.
-Aaaaaaaaaaaah! Nacieron! Bella, no lo puedo creer! Nacieron! Y son enormes! Cómo te cupieron estos dos nenes en ese cuerpo tan pequeño? – Chilló Char despertando a los bebés que estaban adormilados.
-Shhhhhhh – Dije yo sentado en la cama junto a Isabella – Los estás despertando.
-Son tan bonitos! – Susurró/Gritó Char entrelazando sus manos como para contenerse y no tocar.
-Felicitaciones hermano – Dijo Peter golpeando mi hombro. Se veía feliz y orgulloso.
-Han crecido un montón desde que nacieron… Vayan a darse una ducha y tal vez los dejemos tocar a los bebés – Dijo Isabella arriscando la nariz pero con una sonrisa – Apestan a sexo, par de degenerados, hasta yo los puedo oler!
Char desapareció al instante y Peter un segundo después. Como su dormitorio estaba junto al nuestro pude escuchar perfectamente su sesión de sexo en la ducha, por lo que cuando regresaron no supe decir si estaban más limpios que antes o no.
oooOooo
Nos fuimos desde la casa de los Cullen para desazón de Rosalie, a la casa de Peter y Char, simplemente porque era más sencillo vivir con los bebés ahí que en mi casa.
Isabella siguió haciendo reposo casi absoluto hasta que poco a poco sus huesos comenzaron a soldar y el dolor a desaparecer. Para cuando llevábamos un mes en Las Cruces el rostro de mi mujer había vuelto a la normalidad y como usaba una faja elasticada para ayudarle a volver sus músculos a su lugar, no parecía que hubiera estado embarazada en primer lugar, salvo por sus pechos, que estaban más grandes, porque aún seguía amamantando.
Verla con los bebés era glorioso, siempre feliz, siempre atenta, y siempre generosa con los demás que se morían por jugar con los chicos, que para entonces  aparentaban unos nueve meses de edad (y habían conservado mi color de ojos, para mi secreta satisfacción).
-…Ya es hora Bell, si sigues con esto los vas a traumatizar, vas a ser como la mamá de Norman Bates! – Le dijo Lis.
-Quién es Norman Bates? – Preguntó Char.
-Ellos van a ser asesinos en serie de todos modos, así es que cual es el problema si los traumatizo un poco? – Preguntó Isabella cruzando los brazos sentada en el suelo, mientras los bebés gateaban frente a ella.
-No digas eso Isabella! – Dije yo. Me negaba a aceptar que hubiera nada malo con mis chicos.
-Que quién es Norman Bates? – Preguntó Char.
-Es el asesino de “Psicosis”. Estaba totalmente dominado por su madre hasta que ella se buscó un novio y en un ataque de celos Norman la mató y después se arrepintió, y la desenterró y la taxidermizó y vivió como diez años atendiéndola como si estuviera viva y después cada vez que le gustaba una chica, su madre lo “poseía” y lo obligaba a matarla– Respondió Emmett.
-Y todo eso le va a pasar a los bebés por seguir tomando leche materna? – Preguntó Peter levantando una ceja.
-Sólo les he dado leche un mes, y me gusta ese momento que compartimos… - Se defendió Isabella.
-Te entiendo, pero los chicos ya tienen nueve meses físicos y el desarrollo mental parece ser aún mayor... No querrás que recuerden haber mamado de ti, verdad? – Preguntó Lis.
-Brrrrrrr – Se sacudió Emmett en un escalofrío – Que asco!
-Oye qué te pasa! Garr, dile que no son asquerosos! – Me pidió Isabella tomando sus pechos con sus manos y haciendo un puchero.
-Por supuesto que no sin asquerosos – Sonreí – Pero en esto debo concordar con Lis. Si existe la posibilidad de que recuerden amamantar de ti les vas a crear terribles traumas, yo recuerdo con mucho amor y respeto a mi madre, pero de sólo imaginar amamantar… Brrrrrrrr! – Me estremecí. Qué asco!
-Está bien… Todos piensan lo mismo? - Nos preguntó. Todos asentimos – No los quiero traumatizar… - Dijo derrotada.
-Aún estás a tiempo – Dijo Lis.
-Yo quiero saber cuándo será el bautismo – Dijo Char cruzando los brazos, decidida.
-Aún no estoy tan segura de eso… – Dijo Isabella.
-Si no los bautizamos van a morir moritos y se van a ir al limbo – Dijo Emmett – O es que no aprendiste nada en la catequesis?
-Sólo los bautizaría por el nombre – Dijo Isabella - “Emmetito” y “Garretito” los va a traumatizar más que recordar beber mi leche…
-Nada puede ser peor que la leche – Dijo Emmett arrugando su nariz.
-Bueno, Garretito se va a llamar “Nathaniel Garrett” en honor al padre de Garr. Cómo se va a llamar Emmetito? Cambias el nombre día por medio, y desde ya te digo que no se va a llamar “La Roca”, “Batista” “Triple H” ni ningún otro nombre de luchador de lucha libre – Dijo Isabella
-Eres aburrida – Afirmó Emmett – Qué hay de “Carlisle Emmett” en honor a papi? – Preguntó Emm con una sonrisa pícara.
-Sobre mi cadáver! – Exclamó Isabella.
-Vale, vale, “Nicholas”, como mi hermano menor. No recuerdo a mi padre, pero si recuerdo a mi hermano pequeño, creo que estaba conmigo cuando nos atacó el oso… – Dijo Emmett
-Nicholas y Nathaniel, me gusta – Dijo Isabella – Te gusta Garr?
-Sorprendentemente, sí – Respondí satisfecho. Era bastante mejor que Emmetito o Garretito.
-Comienza con los preparativos Char, los chicos se convertirán en católicos hasta que decidan lo contrario – Dijo Isabella. Char aplaudió.
-Bueno, pasando a otra cosa, tenemos que planear y construir – Dijo Peter como si nada.
-A qué te refieres? – Preguntó Emmett quitando un autito del alcance de su ahijado, obligándolo a gatear para tomarlo.
-A que obviamente somos una familia y no podemos separarnos viviendo en distintas ciudades o Estados, nuestras vidas están entretejidas de manera muy fina como para romper lazos – Explicó Peter.
-Romper? – Preguntó Isabella levantando la cabeza y olvidando el asunto del amamantamiento – Quién dijo algo de romper?
-Es una forma de decir – Dijo Char – Peter, Pa´, Garr y yo éramos un clan, pero cuando Pa´ se fue, Garr también se separó. Nunca dejamos de pertenecer, pero vivimos separados a la espera de que mejoraran las circunstancias…
-Aquí nadie se va a ninguna parte – Dijo Isabella mirándonos a todos furiosa – Los necesito a todos y todos tienen una responsabilidad con los bebés, me lo prometieron!
-Eso es lo que estoy diciendo – Dijo Peter tranquilamente – Somos una familia, pero también somos un montón de Parejas, y me niego a vivir como los Cullen, todos encerrados en una casa, sin privacidad y con todos metidos en los asuntos de todos los demás.
-Estoy de acuerdo – Dijo Jasper – Además con los dones de Lis y el mío vivir con otros todo el tiempo es agotador…
-Entonces qué? – Preguntó Lis.
-Entonces este es un trozo de tierra bastante extenso. Cada uno se puede construir su casa como más le guste y tan lejos como quiera, y hacemos de la casa de Peter y Bella el centro de operaciones – Respondió Peter.
-Por qué la nuestra? – Preguntó Isabella.
-Porque tu núcleo familiar es mayor, por lo que tu casa será más grande. Además vas a tener que tener una cocina para preparar la comida de los chicos, así es que por qué no planearla desde el comienzo con un gran living-comedor? Por la noche todos nos vamos a nuestras propias casas y así todos contentos – Dijo Peter.
-A mí me parece una buena idea – Aventuré.
-Sí, me gustaría que los chicos tuvieran algo propio – Dijo Isabella – En poco tiempo más van a querer una habitación que decorar…
-Perfecto! Entonces qué? Nos ponemos a dibujar? – Preguntó Char sacando una libreta y lápiz de un cajón.
-Naaaaaaah, no hace falta – Dijo Isabella encogiéndose de hombros – Nosotros necesitamos una casa humana normal y ojalá evitarnos los trabajadores y contratistas… Yo voto por comprar una casa prefabricada canadiense, son bonitas y seguro ustedes la pueden armar en menos de un día…
-Casa prefabricada? – Preguntó Char arrugando la nariz.
-No es lo que te imaginas, no son simples paneles – Dijo Isabella – Tienen buena aislación, ventanas de PVC, detalles arquitectónicos clásicos o modernos, y algunas hasta se pueden personalizar de fábrica eligiendo tipos de piso, recubrimientos de muro… No sé, creo que es eficiente… Garr? – Me preguntó.
-No perdemos nada con mirar. Si encontramos una casa prefabricada que se ajuste a nuestras necesidades, la compramos – Dije – Lo que sí… Me gustaría mirar casas prefabricadas Americanas
-Por qué? Se demoran lo mismo – Dijo Isabella. Peter y Jasper sonrieron
-Porque hay que apoyar la industria nacional! – Dije – Si compramos una casa pre-armada, que al menos sea Americana.
-Número uno, tú mismo me dijiste que los canadienses no te habían hecho nada malo, así es que no pasa nada si vivimos en una casa hecha por ellos, no es como si nos mudáramos a Londres – Dijo Isabella enumerando con sus dedos – Y número dos, los expertos y los que tienen tecnología de punta a nivel mundial en la materia son los canadienses.
-Cómo sabes tanto de casa prefabricadas? – Preguntó Emmett.
-Porque vi un documental sobre eficiencia energética cuando estaba en cama – Dijo Isabella – Veamos los modelos y comparemos. Si encontramos algo Americano mejor que las casas canadienses, perfecto.
-Yo también quiero una casa canadiense, así va a estar lista para cuando Emily venga de visita! – Dijo Emmett.
-Yo también creo que es una idea eficiente – Dijo Lis – No tengo tiempo ni ganas de preocuparme de una construcción de verdad.
-Pero podemos dibujar las casas que quieran a medida de cada uno… – Dijo Char, desilusionada.
-No esta vez, dulzura – Dijo Peter suavemente – Ellos tienen razón, necesitamos las casas pronto.
-Yo habría diseñado casas más bonitas – Dijo Char haciendo un puchero.
-Lo sé – Dijo Peter besando sus labios.
-… Y originales – Agregó.
-Lo sé – Respondió Peter besándola otra vez.
-En cambio van a comprar aburridos bloques de lego pre-armado…
-Ellos se lo pierden – La besó más intensamente. Char quiso decir algo más pero Peter la besó aún más fuerte, la tomó en sus brazos y la llevó a la habitación.
-Quién quiere ir de paseo a la ciudad? – Preguntó Emmett al oír los primeros gemidos.
-Buena idea – Dije tomando un bebé. No sabía cuánto podían escuchar o entender, pero era mejor sacarlos de ahí.
-Ven aquí – Dijo Emmett con el otro bebé en brazos.
Lis tomó del brazo a Isabella para levantarla y Jasper la tomó del otro.
Nos subimos a “Larry” e Isabella preguntó
-Huimos del sexo, verdad?
Todos asentimos.
-Podemos aprovechar de ir a un ciber-café para ver si encontramos casas que nos interesen… - Dijo Isabella. La casa de Peter y Char estaba tan aislada que no tenía conexión a internet – Podemos imprimir la que nos gusten y comparamos.
Y eso es exactamente lo que hicimos. Como Lis e Isabella son bastante pragmáticas no se demoraron en elegir lo que deseaban, y Jasper y yo simplemente nos sentamos en una esquina jugando con los bebés y asentimos a todo lo que nos preguntaron.
Emmett estaba más perdido, pero las chicas lo asesoraron, diciéndole que no se preocupara, ya que si Emily odiaba la casa (cosa poco probable) siempre podía venderla y poner otra en su lugar.
Finalmente la casa de Lis y Jasper terminó siendo una cosa negra y blanca de severas líneas geométricas con un techo completamente inclinado, el que Lis nos explicó, tendría placas solares para almacenamiento de energía, haciéndola autosuficiente. El primer piso era un solo ambiente y el segundo piso un dormitorio. Eso era todo. Lis no necesitaba más.
 La casa que Emmett eligió fue una pequeña cabaña de madera de dos pisos, con techo de pizarra, una chimenea de ladrillos y pintada de color azul rey, con la puerta y detalles en blanco. Tenía dos dormitorios y parecía casi salida de un cuento de hadas. A Emily seguro le encantaría.
Y nuestra casa… Nuestra casa era un desorden de cubos y rectángulos que sobresalían por todos lados, pero que conformaban el espacio ideal. Tenía cuatro habitaciones y una amplia planta baja. Era de color tostado y tenía detalles y columnas en piedra de color gris. Tenía una agradable terraza y un mesón de desayuno exterior ideal para los chicos…
Nunca imaginé que yo, el nómade más militante de todos, el rebelde, el campeón de las causas perdidas, el que no se amarraba ni con su propio clan, estuviera tan domesticado… Pero saben qué? Era más feliz de lo que jamás pude imaginar.
oooOooo
-Sabes qué? – Me preguntó Isabella completamente desnuda y acurrucada sobre mi cuerpo. Aún era humana e insistía en mantenerse así, de modo que nuestra edad física dejara de ser un inconveniente. Ya estaba por cumplir los diecinueve y aunque la diferencia aún se notaba, ya no se veía criminal. La gente que nos veía en la calle ya no me miraba como diciéndome “pedófilo”, sino “bastardo con suerte”.
Lo hacía por mí. Yo sé que ella quería ser un vampiro de una buena vez, pero lo hacía por mí.
-No preciosa, no sé… - Respondí olisqueándola sin pudor.
-Ahora que los chicos están más grandes, me gustaría estudiar en la New Mexico State University en el próximo período… - Dijo muy despacio, como si temiera que me enojara o la interrumpiera – Lis ya está terminando su carrera, pero Emmett y Emily están ahí, y Char dice que si yo estudiara, ella estudiaría conmigo…
-Qué es lo que te gustaría estudiar? Y en qué sede? – Pregunté sin dejar de acariciar su espalda en lentos círculos.
-Desórdenes Comunicacionales… Es una rama de la Facultad de Educación que está muy bien evaluada a nivel nacional, y queda aquí mismo, en Las Cruces… A mí me gusta la Pedagogía, pero me agobian muchos niños a la vez, y este enfoque es más individual… - Dijo aún sin mirarme.
-Y Char? Qué quiere estudiar? Porque no me la imagino estudiando Pedagogía, se terminaría comiendo clases completas – Comenté.
-Naaaah, Char dice que si va a volver a estudiar, va a estudiar algo entretenido. Quiere seguir Animación y Efectos Visuales – Respondió acariciando mi clavícula con la yema de su dedo índice – Algún día va a crear las mejores caricaturas, como “El Fantasma del Espacio de Costa a Costa”…
-Y qué es lo que quieres de mí, Isabella? – Le pregunté divertido y un poco ofendido por su recelo a decirme las cosas. Por qué era yo el último en enterarme de sus planes? Obviamente lo venía pensando desde hacía tiempo.
-Quiero saber tu opinión… Y quiero tu apoyo – Susurró la última frase.
-Con todo lo que nos conocemos, con todo lo que te amo, tienes alguna duda de si te apoyaría en cumplir tus sueños? Te prometí el mundo cuando se acabara la mierda de Victoria, y en cambio la única que ha entregado ilimitadamente eres tú… Por supuesto que te apoyo en lo que quieras emprender, y por los chicos no te preocupes, van a estar bien.
-De verdad? – Me miró ilusionada.
-De verdad Isabella. Anda y estudia, yo te voy a estar esperando cada día ansioso y muerto de ganas pero feliz de que hagas lo que te hace feliz – La besé suavemente.
-Pero yo soy feliz… - Dijo ella deteniendo el beso.
-Lo sé, pero eres muy joven y si eres humana no veo razón para que te abstengas de hacer lo que desees. Yo estoy contigo incondicionalmente, lo sabes, verdad?
-Lo sé – Murmuró.
-Entonces por qué te daba miedo decírmelo?
-Porque si bien quiero ir a la Universidad, hay una parte de mí que se quiere quedar contigo, besándote todo el día o compartiendo con los chicos… Casi deseaba que me dijeras que no… - Confesó cándidamente.
-No soy tu padre o tu carcelero Isabella, soy tu Pareja. Mi único objetivo en la vida es hacerte feliz, y además, si la familia, incluida Charlotte, van a andar por ahí, entonces no tengo de qué preocuparme.
-Mejor que me mandaras con un Pit Bull, asustaría menos a la gente – Comentó – Te amo Garrett… Te amo te amo, te amo… - Acentuó cada palabra con un beso en distintas partes de mi cuerpo.
-Isabella… - Le dije con mis manos en su cintura – Ya que estamos pidiendo cosas… Hay algo que me gustaría… No tiene que ser ahora, pero quiero saber qué piensas…
-Dime – Dijo mirándome seria.
-Sabes que soy tuyo, en cuerpo y alma…
-Y yo soy tuya – Dijo ella de inmediato.
-A eso voy… Isabella, tú te casarías conmigo? – Susurré.
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El fin. Espero les haya gustado esta historia, que terminó poquito después de cumplir un año de comenzada.
Ahora continuaré retomando mis otras historias…
No pierdan la última oportunidad de darme su opinión sobre lo bueno y lo malo; se les quiere.
A.


























  







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